Hay una especie de bar excavado bajo roca, de paredes humedecidas y casi lloronas, inmerso en un valle florido, donde la noche no termina nunca.
Hay un pueblo yacente bajo montes surcados por un estrecho río, habitado por casas de piedra que guardan el calor del verano en invierno y refrescan al llegar la primavera.
Hay una muchacha de ojos grandes y tobillos finos, desconsolada, que sueña con ir al mar, pero vive en la Sierra.
Hay un camino que lleva a lo más hondo del valle, pero para volver se sale por otro sitio, por otra provincia.
Hay miles de detalles como estos que pasan inadvertidos para los ojos acostumbrados a la realidad, pero antaño lo eran todo cuando fuimos niños.
Mañana solo nos quedarán los recuerdos. Nunca volveremos al mismo lugar.