Ruta romántica

El camino a Ronda podría parecer rápido y directo, pero se trata de una cuesta eterna, extendida bajo el aleteo de los buitres y el susurro de las ramas de los pinsapos. Se inicia a lo largo de una breve autopista que más tarde pasa a convertirse en una fina autovía, y ya nunca vuelve a ser otra cosa a lo largo de toda la tierra fronteriza, cuna de la bandolería.

Piratas y bandoleros, ¿acaso no se trata de la misma cosa? Bandoleros son los piratas de las montañas, y las montañas surgieron de las profundidades del mar. Richard Ford los conocía bien y quería vestir como ellos, pero solo era un invitado ante esta inmensidad hermosa y española. Como tú, como yo.

Empieza esa ruta a los pueblos nazaríes y benimerines, la ruta de los viajeros románticos, que ya no existen sino en las rocas y en la imaginación. Empiézala en tu cabeza y termínala cuando no te queden más fuerzas. Y vuelve a ella cada vez que puedas a recordar lo que fuimos y no somos.

Deja un comentario