Un alto en el camino

A veces resulta importante parar antes de que todo se ponga peor, y hacer un alto en el camino. Las pausas son importantes porque nos permiten coger impulso para seguir andando. Mas sabio es no posponerlas demasiado para no hacer de la vuelta al sendero un pensamiento que nos aterrorice.

Una de mis paradas favoritas la constituye una finca edificada sobre una colina de color marrón, con vistas a las marismas. Pasé decenas de veces por allí delante de niño, camino del Sur, sin saber que un día iba a acabar entrando en ella. Fue más grande y rústica de lo que esperaba, aún lejos de la sierra, pero no por ello urbana. Al contrario, queda aproximadamente a medio camino de nuestra ruta hacia la libertad.

Deja un comentario