Azar

No hay reglas escritas. El camino lo construimos nosotros. Por eso no hay un manual para todo. Siempre me aferré a las reglas y a las normas porque me transmitían confianza y me ayudaban a vencer mis miedos. Pero no hay reglas ni normas aplicables por entero a la vida. Todas, una por una, fallan una y otra vez. Al igual que las personas cambian, cambian los escenarios y las condiciones de juego.

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