Despegar tras el sol brillando a las seis y media y sufriendo el viento de frente, soplando desde los lindes del océano Atlántico. Cuna, madre, origen de los vuelos grandiosos partidos desde España a otros continentes, museo del aire, amor por las hélices y especies aladas de todo tipo, vivas e inertes.
Las aves estiman a los hombres que vuelan, ya que los pescadores del aire no las cazan, sino que vuelan a su par.
Hombres fatigados, completamente dependientes de sus motores. Hombres que, asistidos por otros hombres, surcan los cielos y quiebran las fronteras pasadas, sobre las nubes.