Viento del Sur

Soplaba el viento del mar, trayendo consigo el aliento del campo anochecido. Las calles de la ciudad olían levemente a abono y paja reseca, y a restos del río.

El viento surtió su efecto y me conminó a asomarme a la ventana y aspirar algo de la noche, que sigue siendo demasiado larga, aunque al final de la misma sabemos que amanecerá. No puede haber noche sin día, ni oscuridad sin luz. No puede haber dolor y sufrimiento sin placeres y alegrías. Esta dualidad maldita ordena todo el Universo conocido afectando a todas las vidas, sin excepción. No somos tan distintos, todos y cada uno, al igual que no hay nadie capaz de escapar a su propio destino.

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